18 de enero de 2002

ENELVEN Y SU ESCAPISMO

La revista Intercambio de la Cámara de Comercio de Maracaibo, informa sobre el ultimátum de Enelven, que o consigue un socio estratégico o se apaga, ya que esa empresa eléctrica requiere de 800 millones de dólares en los próximos cinco años.

El reportaje incluye la opinión del Sr. Humberto Zavarce, Presidente de Enelven, quien respalda la tesis diciendo que si “no se privatiza, será un desastre” por cuanto “el traspaso a manos privadas agilizará el proceso de decisiones y optimizará el servicio, a través de la llegada de inversiones y nuevas tecnologías” ... “lo que permitirá fortalecerse para resistir y participar en la competencia, como lo establece la Ley de Servicio Eléctrico”.

Finalmente, se indica que el valor de los activos es de 525.000 millones de bolívares, lo que cuadra con los 700 millones de dólares que siempre se han sugerido como el precio base (o comisión) que el Gobierno Central desea recibir por privatizar los activos, esencialmente Zulianos, de Enelven y su filial Enelco.

Deben existir intereses que no conozco... ya que quedo sin entender.

Primero, por ser del sector privado, estoy seguro que el traspaso de la empresa a manos privadas contiene aspectos favorables, pero como consumidor privado de un servicio público, como la electricidad, no puedo aceptar la tesis de una irremediable incapacidad del sector público y mucho menos la inercia de los profesionales de Enelven, que con una buena dirección bien podrían, en el interim, optimizar el servicio y lograr acceso a recursos y nueva tecnología.

Segundo, ante la expuesta necesidad de sobrevivir para poder luego participar “en la competencia”, vale la pena recordar que la única competencia que podría existir, de haber igualdad de acceso a los combustibles, sería en la generación de la electricidad. Tanto por Ley, como por la realidad tecnológica, la transmisión y la distribución seguirán siendo monopolios, donde se fijan tarifas.

Tercero, ni mencionan tarifas, pero si a los 800 millones de dólares de la inversión “necesaria”, le sumamos un precio base de 700 millones...doy gracias a Dios por no ser usuario eléctrico en Maracaibo. 1.500 millones a una tasa riesgo país del 14%, indican un pago anual, por dividendos e intereses, de 210 millones. Si le sumamos otros 150 millones para amortizar la inversión en 10 años, un plazo probablemente demasiado generoso considerando los pretendientes extranjeros (¡Enron!, AES y otros), obtenemos 360 millones de dólares, que superan a los 350 millones que actualmente se le facturan al Zulia por electricidad. ¡Qué va! ¡Por ahí no va!

Cuarto. Cualquiera que sea la solución, ésta debe incluir la reducción de las pérdidas originadas por el robo de la electricidad y el cobro efectivo a los públicos de sus facturas eléctricas. De lograrse, ello permitiría un mejor flujo para las inversiones, lo que evidencia, que en esencia, con la privatización se busca contratar un sheriff para que le cobre la factura eléctrica al Zulia... ¡qué triste!

En fin, me causa pena ver que la gerencia de Enelven, después de una década, siga tan entregada a la sola opción privatizadora y me pregunto si a estas alturas podrían ser motivados a manejar otras opciones... ¡que sí las hay!

Por ejemplo, podría limitarse la búsqueda de inversionistas al sector de la Generación, donde el interés de los vendedores de turbinas, vía créditos de proveedores, ayudaría a disminuir el costo de los recursos financieros. La Transmisión debería ser responsabilidad exclusiva de la Nación y en cuanto a la Distribución, la entrega de los activos actuales en comodato a unos empresarios locales o cooperativas de empleados o usuarios, podría producir menores tarifas y un mayor desarrollo de la Región.

Lograr que un servicio público, como el de la electricidad, funcione, forma parte del cómo una Región aprende a ser Región. Es una responsabilidad de la cual no deberían poder escaparse, vía la solución fácil de entregarlo a un inversionista externo.

Publicado en Panorama, Maracaibo, 18 de Enero de 2002