A mediados de 2002 visite a Planta Centro y escribí... "Ahí está con sus instalaciones, canibalizadas y deterioradas, lejos de explotar su potencial de generación de electricidad, y aquel paisaje, que podría codearse con los mejores lugares turísticos del mundo, tiene todo el ambiente de un pueblo minero abandonado. ¿Qué exagero? ... ¡Puede que sí! Pero tanto ustedes como yo sabemos que Planta Centro es sólo otro ejemplo de ese nuevo riquísimo subdesarrollador, que nos induce a creer que nuestro futuro como país, puede ser comprado".
Y sin visitarla estoy seguro que hoy, casi diez años más tarde, y habiéndose invertido y perdido otras fabulosas sumas de dinero, Planta Centro produce aún más penas y vergüenzas... y hasta asco al que le duela nuestra patria.
¿Y cómo hacemos para rescatar a Planta Centro para que cumpla con su misión de generar electricidad para Venezuela, sin desbancarnos en el intento, en una Venezuela tan dividida y tan amargada, y donde podemos esperar que la oposición de turno en enero de 2013 hará de todo para dificultar la gestión de un nuevo gobierno?
Sin duda, lo que más necesitamos es de situar Planta Centro en manos de unos dueños que en verdad estén interesados en que Planta Centro funcione, ya que no nos sirve simplemente cambiar unos quítate-tú-para ponerme-yos explotadores de resultas petroleras por otros quítate-tú-para-ponerme-yos explotadores de resultas petroleras. Entre una Cadafe roja a una Cadafe azul la diferencia reside ante nada en el color.
La idea de una privatización tradicional no me convence y no sólo por cuanto despierta ronchas innecesarias en momentos álgidos. Es que también pasa que cuando hay que entregarle unos activos propiedad del Estado a alguien privado abiertamente interesado, de inmediato surgen las presiones para que eso ocurra al mayor precio, lo cual solo significa o corrupción o más resultas para un gobierno sobrado de resultas, y cualquiera de esas dos posibilidades crea pagos adicionales que a la larga deben ser canceladas por nosotros los usuarios mediante el pago de mayores tarifas eléctricas.
En tal sentido, y para conseguir esos dueños propongo la posibilidad del Lotto Planta Centro.
Se colocan todos los activos de Planta Centro en Planta Centro, C.A., libres de pasivos y con el dinero necesario para cubrir el flujo de caja operativo por seis meses. Luego, entre los trabajadores eléctricos de Planta Centro con más de cinco años de antigüedad y todos los ingenieros eléctricos de Venezuela, se sorteará, con la ayuda de la mano inocente del arzobispo, el nombre de 10 ciudadanos venezolanos a los cuales se entregará a cada uno el 10% de Planta Centro, C.A.
Los diez dueños tendrían luego un año para negociar nuevos aportes de capital por parte de otros inversionistas por un monto de 200 millones de dólares, y hasta tres años para producir en firme el 75% de la energía para la cual fue diseñada Planta Centro... y si no lo logran deben devolver las acciones al Estado. El gobierno se comprometería a comprarle a Planta Centro, C.A., por diez años, la energía al precio del combustible, más un monto a determinarse que permita suponer un rendimiento bastante aceptable.
Si cualquiera de los ganadores del Lotto Planta Centro prefiere vender sus acciones de Planta Centro, C.A,, y las cuales solo serán negociables vía operaciones en la Bolsa, puede hacerlo, pero por supuesto tendría entonces que cancelar el impuesto que le corresponde pagar por las ganancias de una lotería.