1 de agosto de 2001

PRESIDENTE, APOYE

Los Andes están solicitando su independencia en materia de electricidad. Como no hay nada que pueda considerarse como un impedimento racional, para dejar en manos de la propia región la operación eléctrica, la resistencia de los terratenientes eléctricos de CADAFE por entregar el mando, lo convierte en un asunto político que, como tal, necesita del apoyo del Presidente. A continuación, tres razones:

1. La región de los Andes tiene en su contra el hecho de que su accidentada geografía, su dispersión poblacional y la ausencia de grandes compradores industriales, sobre los cuales apuntalar la demanda, hacen costosa la distribución eléctrica. Entonces, para lograr unas tarifas razonables, resulta necesario que su potencial hidroeléctrico sea desarrollado, de manera tal que compense esas desventajas. Ahora bien, para el desarrollo de la central La Vueltosa, CADAFE presentó una propuesta, que en sus términos y referencias, evidencia su irrespeto con la región:

En lugar de buscar satisfacer las necesidades propias de una región, que hoy sufre racionamiento, el proyecto se sustentaba en la venta de un 60% de la energía al mercado de Colombia y sólo un 40% al mercado local.

En lugar de buscar el menor precio al cual se pueda ofrecer la electricidad en los Andes, éstos se proyectaron en base a lo que el mercado de Colombia pueda aguantar.

En lugar de transferir el beneficio de la operación a los Andes, la propuesta de CADAFE asume no sólo compensar el componente de capital privado con un altísimo retorno del 28%, sino además producirle dividendos a CADAFE.

2. La distribuidora eléctrica de los Andes, CADELA, filial de CADAFE, está muy disminuida, como resultado de haber sufrido una anoréxica dieta de recursos, ya que durante 18 meses no han recibido ni un solo medidor y ni un solo transformador. Hechos como el que toda la cobranza deba ser depositada en las cuentas centrales de CADAFE y el que la gran mayoría de las decisiones operativas estén situadas en la casa matriz, constituyen igualmente un irrespeto para con los profesionales de los Andes.

3. No obstante que las autoridades centrales juran y perjuran lo contrario, no hay duda de que sólo un verdadero interés regional puede asegurar, que el desarrollo eléctrico logre explotar todas sus posibles externalidades, tales como turismo, piscicultura u otros.

¿Qué piden Los Andes? Sólo que se les conceda la autonomía para decidir sobre su propio destino eléctrico y, por supuesto, para que ello tenga algún sentido real, un aporte que permita reestablecer el equilibrio económico de sus empresas eléctricas.

Con la casi exclusiva excepción de Los Andes, la mayoría del país disfruta de las bendiciones del Caroní, desarrolladas sobre la base de unas inmensas inversiones, financiadas con el producto de la liquidación del petróleo de todo el pueblo venezolano. En tal contexto, no hay quien pueda dudar que las peticiones de los Andes son justas y hasta modestas, por lo que deberían contar con el apoyo del Presidente.

Publicado en Frontera, Mérida, el 1 de Agosto de 2001