3 de julio de 2002

Cortocircuito en Caracas

La Electricidad de Caracas (EdC) ha señalado que de los 160 millones de dólares que pensaban invertir durante el 2002, tuvieron que posponer 80 millones “por la indefinición de un modelo económico para el sector”. ¡Vaya excusa! Nadie niega que el Ejecutivo esté muy retrasado en la aplicación de la Ley Eléctrica de 1999, pero ello no exime a la EdC de ejecutar oportunamente las inversiones necesarias… ni nos da derecho a los consumidores de retrasarnos con los pagos.

La EdC lleva 110 años prestándole un buen servicio a Caracas, sin haber tenido jamás una concesión formal, ni un verdadero régimen económico que respalde tal servicio monopólico, por lo que los actuales retrasos, se deben a otros factores bastante más preocupantes.

AES es la empresa estadounidense que adquirió en Junio del 2000 el 80% de la EdC, gracias al acceso a fondos mucho más baratos que los antiguos accionistas venezolanos de la EdC, que vivían y viven bajo el yugo del “riesgo-país”. AES, siguiendo las tendencias corporativas de moda, ha concentrado su gestión inicial en dos aspectos: la reducción de personal y la exprimidera de recursos.

En tal sentido, la nómina de EdC fue reducida en un 50%, dejando atónito a un público, que hasta la fecha había considerado a la EdC como un modelo de eficiencia gerencial.

En cuanto a la exprimidera, ésta comenzó con la recompra por la EdC de sus propias acciones por 300 millones de dólares, lo que no es otra cosa que una vulgar reducción de capital y, para rematar, entre Diciembre del 2000 y Abril del 2002 han pagado dividendos en el orden de 600 millones de dólares. Sin mucho cálculo, esto significa que de los 1.600 millones de dólares, que la AES invirtió al comprar la EdC, ya debe haber recuperado la mitad… en dos años… ¡no esta mal!

¿De dónde han salido los 900 millones exprimidos? Hasta la fecha, de ganancias ordinarias, de algunas reservas líquidas y de la venta de las inversiones que la EdC tenía en Colombia, El Salvador y CANTV. Esas inversiones, de una manera u otra, constituían unas reservas, que nosotros los usuarios, con el pago de nuestras tarifas, habíamos ayudado a crear… justamente para poder afrontar las necesidades de inversión en Caracas… como sería el caso de los 80 millones retrasados.

¿Cómo exprimirán a la EdC mañana? … No sé … Dios quiera que no sea endeudándola hasta el tequeteque. El riesgo existe, basta leer el Informe a los Accionistas de la EdC del 2001, donde se habla de “un manejo financiero más eficiente que hace innecesario el mantener altas cuentas de superávit pagado”… menos capital ye “la mejora de la estructura de capital del Grupo por la vía del incremento del financiamiento a partir de septiembre del 2000”… más deuda.

La posibilidad de un sobreendeudamiento de la EdC preocupa, especialmente porque la AES ya no tiene el mismo acceso a recursos que en Junio de 2000. Las acciones de la AES, que en Junio del 2000 se cotizaban en 45 dólares y que sobrepasaron los 65, hoy se cotizan en 5 dólares. En Junio de 2002 le redujeron a la AES su calificación crediticia y por estar enredada en otros países emergentes, sufre fuertes restricciones, que retrasan aún más sus inversiones… que tanto se necesitan en Caracas.

Ello no significa que la EdC o la AES hayan hecho algo indebido. ¡Negocio es negocio! Lo que sí es evidente es que nosotros, los usuarios, o no sabemos, o no queremos defender nuestros derechos, que son tan legítimos como los de la AES. ¿Quién sabe?… a lo mejor tenemos que ir preparando la recompra de la EdC?

Publicado en TalCual, Caracas, 3 de julio de 2002